El
siglo 21 llego con unos mensajes muy claros para el mundo: la educación debe
renovarse y lo que construimos en la infancia será el fundamento de lo que
somos y haremos en el futuro. Neurólogos, psicólogos, y científicos de
múltiples disciplinas no paran de darnos evidencias científicas y nuevos
descubrimientos sobre el potencial de nuestro cerebro, la mente y como esto
afecta la forma en que aprendemos desde la infancia. No es un secreto que nuestra profesión como
maestras jardineras ha ido tomando un rol mucho más importante. Estamos
formando mentes. Somos formadoras de los pilares de cada individuo; las
maestras jardineras tenemos un rol transformador de culturas!
La
pregunta que surge entonces es: que tenemos que hacer para lograrlo? Existe
algo pactico y claro que nos guie hacia el cambio educativo rompiendo la brecha
entre la teoría y la practica?
Les
tenemos noticias maravillosas! La clave ya no es aprenderse mucha información,
pues a ella tenemos acceso haciendo “clic” con un dedo. Lo importante es qué
hacemos con esa información y cómo la usamos de una manera proactiva y
productiva. Para esto, el secreto es:
Aprender a pensar, pensar para aprender y comprender y formar hábitos de mente desde la infancia
más temprana.
Hoy
los ciudadanos del mundo necesitamos ser de mente abierta, éticos,
participativos, colaboradores y tener
habilidades de pensamiento bien desarrolladas para poder tomar buenas decisiones
que le den valor a lo que somos y hacemos. Nuestra labor como maestras
jardineras es desde ya, lograr fomentar una vida equilibrada, con sentido y
sabiduría en cada infante y en nosotras
mismas (modelo VESS).
Para
lograr el mayor impacto y asegurar que las rutinas se vuelvan hábitos y no solo
actividades de clase, es primordial hacer el pensamiento visible en varios
contextos de la vida del niño dentro y fuera del colegio.
Evidenciar los procesos de pensamiento,
valorar sus ideas y aportes, construir en grupo, y permitir que nosotras las
docentes dejemos de ser protagonistas, hace parte de una cultura en la cual el
niño crece y se hace parte activa como protagonista por el resto de su vida.
Nuestros
propósitos como educadores, entonces, deben ser el de facilitar y estimular la
creación de culturas de pensamiento critico y visible en el entorno del
aprendiz, y el de estimular al aprendiz a ser un miembro activo de estas
culturas.
Con
los avances científicos y las prácticas educativas que se están dando en varios
colegios del mundo, los educadores tenemos ahora lo que hemos llamado el “GPS”
de la educación que nos da esas guías prácticas para lograr el cambio. Sabemos
muchísimo sobre el impacto de las emociones en el aprendizaje, sobre la
importancia del lenguaje que usamos desde las preguntas, sobre los movimientos
mentales que hacemos para comprender algo, sobre la plasticidad cerebral y el
poder de las experiencias significativas para el aprendizaje. Este conocimiento
nos aclara y guía nuestra labor educativa.
Hoy les traemos una parte importante del “GPS”:
el Mapa de la Comprensión
que nos da la Universidad
de Harvard . Es una guía de los movimientos mentales que debemos fomentar en
los niños para generar hábitos de comprensión. Simplemente quiere decir que si
queremos comprender algo, es importante que:
·
Juguemos a conectarlos con otras cosas similares o diferentes
·
Fomentemos mirarlo desde diferentes perspectivas y diferentes
puntos de vista
·
Podamos describirlo señalando evidencias (asegurándonos de diferenciar
entre percepción y evidencia)
·
Podamos hacernos preguntas al respecto (preguntas de
diferentes estilos y categorías)
·
Fomentemos hacer conclusiones y descubrir como funcionan las
cosas
Para
comprender, necesitamos pensar. Para
actuar adecuadamente, necesitamos comprender.
Lo
maravilloso es que todo esto se da desde la infancia y se puede hacer visible
con estrategias sencillas como las rutinas de pensamiento de la Universidad de Harvard
que les hemos compartido en otras publicaciones.
Aprender
a pensar es posible, divertido y fácil de lograr. Requiere:
· Definir los hábitos de
mente que queremos formar.
o
Escuchar, analizar, preguntarse, buscar evidencias, colaborar
etc.
· Usar las herramientas de
pensamiento, tales como: mapas conceptuales, rutinas de pensamiento, uso del
lenguaje, documentación, etc. Este uso debe ser constante y en múltiples
situaciones de la vida diaria.
· Maestras con mente abierta
dispuestas a aprender e incorporar un nuevo lenguaje de pensamiento.
· Una mirada del infante
como ser pensante que tiene mucho para decir, que piensa y construye su mundo
con una perspectiva fascinante, y que nos ensena y aporta a todos.
· Trabajo colaborativo con
la familia y el jardín, donde se comparte con la familia los procesos que se
viven en el aula, los comentarios y participaciones de los niños, las
documentaciones y las herramientas de pensamiento que se usan.
La
experiencia nos ha mostrado que la educación puede cambiar y es posible,
poderoso y apasionante hacerlo desde la infancia. Las invitamos a unirse a este
movimiento. Muchos jardines de infantes y colegios lo están haciendo. Colegios
como los de Education First inc en Miami Florida. colegios en Colombia, Perú,
Espana, Australia, Nueva Zelanda, Suecia, Suiza y acá en Argentina, en el Instituto Integral del Sud y actualmente
tambien en los Colegios Grilli que cuentan con la acreditación para poner en
practica el modelo pedagógico para la infancia que propone edu1st en el mundo.
Datos
de interés:
En
octubre y abril, se dictaran cursos intensivos en español sobre el poder de
Hacer el Pensamiento Visible desde la infancia. Se dara una mirada profunda a
la fundamentación teórica y se visitaran 4 centros donde se puede observar a
profesoras y chicos poniendo la teoría en acción.
Ana Maria Fernandez
Master en Educación Internacional